Para las personas que pertenecen a un grupo racial o étnico, esa identidad afecta a todos los aspectos de su vida, incluida la salud mental. Las personas de color experimentan a menudo un conjunto único de retos y disparidades que pueden tener un gran impacto en su salud mental. Parte del trabajo en pro de la equidad sanitaria a mayor escala consiste en aprender a comprender mejor estos factores y resultados para poder abordarlos.
Disparidades raciales en salud mental
La mayoría de los grupos raciales/étnicos padecen enfermedades mentales en una proporción comparable (o a veces inferior) a la de los blancos. Sin embargo, los investigadores también han señalado que, debido a los estigmas culturales y a los abusos históricos a manos de las instituciones sanitarias, las personas negras en particular pueden ser menos propensas a reconocer problemas psicológicos o a buscar ayuda para ellos.
Es más, para las personas de color que padecen trastornos mentales, su experiencia puede ser diferente a la de los blancos. Por ejemplo, considere las siguientes conclusiones:
Los negros, los indígenas y las personas de color (BIPOC, por sus siglas en inglés) suelen sufrir discapacidades como consecuencia de enfermedades mentales en una proporción desproporcionadamente alta.
Los negros y los hispanos tienen más probabilidades de sufrir depresión persistente que los blancos.
Los indios americanos y los nativos de Alaska presentan las tasas más elevadas de trastorno por estrés postraumático (TEPT) y abuso de alcohol de todos los grupos raciales/étnicos.
La discriminación histórica y actual a la que se enfrentan habitualmente las personas de color hace que tengan más probabilidades de sufrir estrés, traumas, desventajas socioeconómicas y/o pobreza, y peores resultados de salud física, todo lo cual puede causar estrés psicológico o trastornos de salud mental, o contribuir a ellos.
La pandemia de COVID-19, que agravó las disparidades socioeconómicas existentes y provocó una inseguridad alimentaria y de vivienda generalizada entre muchas comunidades de color, ha tenido sin duda repercusiones en la salud mental de las personas de color. Según los Centros para el Control de Enfermedades (CDC), en una encuesta destinada a evaluar los cambios en las condiciones de salud mental y el consumo de sustancias durante la pandemia, los encuestados hispanos declararon tasas más altas de depresión, pensamientos suicidas y consumo de sustancias que los encuestados blancos.
El impacto de las disparidades en salud mental de los BIPOC puede tener graves consecuencias para la vida de las personas afectadas. La Asociación Americana de Psicología (APA) advierte de que los niños y jóvenes que experimentan resultados negativos en salud mental como consecuencia de factores socioeconómicos o de su pertenencia a minorías o a la inmigración pueden tener más probabilidades de tener problemas con el rendimiento académico, las relaciones con los compañeros y el funcionamiento cívico, todo lo cual puede repercutir potencialmente en su futuro a largo plazo.
Atención de salud mental para BIPOC
Las personas de color también encuentran dificultades a la hora de acceder a la atención de salud mental. Por ejemplo, sólo un tercio de las personas negras que necesitan atención de salud mental la reciben. Entre los obstáculos a la atención de salud mental para las comunidades de color figuran el coste y/o la falta de seguro, las barreras lingüísticas, la desconfianza en el sistema sanitario como consecuencia de abusos y discriminación históricos, y el estigma cultural contra las enfermedades mentales.
Es más, incluso las personas de color que reciben atención de salud mental pueden no ver satisfechas sus necesidades. Debido en parte a la incompetencia cultural de los proveedores, en su gran mayoría blancos, los BIPOC suelen recibir una atención de peor calidad que los blancos, lo que incluye mayores tasas de diagnósticos erróneos. Por ejemplo, los hombres negros tienen cuatro veces más probabilidades de ser diagnosticados de esquizofrenia que los blancos, al tiempo que están infradiagnosticados de TEPT y trastornos del estado de ánimo.
RADIAS Salud proporciona servicios sanitarios integrados y centrados en la persona a personas que padecen enfermedades mentales, consumo de sustancias o trastornos concurrentes. Nuestros servicios abarcan la atención primaria y los servicios de salud conductual prestados por personal sanitario y de apoyo compasivo y cualificado. Además, nuestra atención incluye servicios complementarios como gestión de casos, viviendas de apoyo, servicios para personas sin hogar, servicios residenciales, tratamiento ambulatorio DBT, etc. Si usted o alguien que conoce podría beneficiarse de nuestra misión, póngase en contacto con nosotros o considere hacer una donación a ¡!