La brecha de género en la salud mental y los trastornos por consumo de sustancias sigue siendo una de las cuestiones menos debatidas pero más acuciantes de la salud pública. Desde cómo se manifiestan los síntomas hasta las estrategias de tratamiento, las diferencias de género son omnipresentes y pueden tener implicaciones significativas. Subsanar esta deficiencia es esencial para garantizar mejores resultados sanitarios y promover la justicia social y la equidad.
La depresión y la ansiedad afectan más a las mujeres
Según el Instituto Nacional de Salud Mental, las mujeres tienen casi el doble de probabilidades de sufrir depresión y entre 2 y 3 veces más de padecer un trastorno de ansiedad que los hombres. Hay varias razones posibles para ello:
- Los factores hormonales relacionados con la menstruación, el embarazo y la menopausia pueden aumentar el riesgo de las mujeres.
- Las mujeres se enfrentan a factores de estrés únicos relacionados con las expectativas sociales, la discriminación, la desigualdad de ingresos, las responsabilidades de cuidado y las experiencias de violencia y trauma.
- Las mujeres pueden estar más dispuestas a buscar ayuda y a que se les diagnostiquen trastornos mentales que los hombres.
Sean cuales sean las razones, la depresión y la ansiedad afectan de forma desproporcionada a las mujeres a partir de la adolescencia, lo que representa un importante problema de salud pública.
Los hombres sufren con más frecuencia el abuso de sustancias y el suicidio
Mientras que las mujeres presentan tasas más elevadas de trastornos de interiorización, como depresión y ansiedad, los hombres experimentan más trastornos de exteriorización, como abuso de sustancias y conductas antisociales. Según la Administración de Servicios de Salud Mental y Abuso de Sustancias (SAMHSA), Los hombres presentan tasas significativamente más elevadas de trastornos por consumo de sustancias en todas las principales categorías de drogas. Los hombres también tienen entre 3 y 5 veces más probabilidades de morir por suicidio que las mujeres.
Estas preocupantes estadísticas pueden estar relacionadas con una socialización que disuade a los hombres de expresar sus emociones o buscar ayuda. Los hombres también consumen sustancias para afrontar el estrés o los traumas en mayor proporción. Se necesita un diálogo más abierto sobre la salud mental de los hombres para colmar estas lagunas.
La interseccionalidad importa
Dentro de los géneros, existen disparidades en materia de salud mental en función de la raza, la etnia, la orientación sexual, el nivel de ingresos y el estado de discapacidad. Por ejemplo, las investigaciones muestran que las mujeres lesbianas y bisexuales tienen mayores tasas de depresión y ansiedad que las heterosexuales. Los transexuales también tienen más probabilidades de sufrir enfermedades mentales que los hombres y mujeres cisgénero. Se necesita un enfoque de justicia social interseccional para comprender cómo las múltiples identidades marginadas se superponen para influir en la salud mental.
Cuente con RADIAS Health
La brecha de género en la salud mental y los trastornos por consumo de sustancias es más que una disparidad sanitaria: es un problema acuciante de justicia social. Reconocer y abordar estas diferencias es crucial para una sociedad más equitativa y justa.
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